
ERMITA ROMÁNICA DE SANTA MARÍA DE CHALAMERA
Situada en la ruta jacobea que venía de Cataluña a través
de Fraga, se construyó entres los siglos XII y XIII a las afueras
de la población en una altiplanicie dominando el río Cinca.
Exteriormente
es un bello edificio románico con planta de cruz latina perfecta de
una sola nave, crucero y tres ábsides; semicircular el central con tres
ventanas de una arquivolta cada una con magníficos capiteles decorados
con figuras humanas y animales; rectos por el exterior y redondeados
por el interior los dos laterales.
Es muy
interesante el cimborrio, con torreón octogonal exterior clásico de
las construcciones templarias, situado sobre el crucero con cúpula de
forma semiesférica apoyada sobre cuatro trompas.
Conserva
todavía, formando parte de las mismas paredes, los asientos de piedra
donde se reunían los monjes en el coro.
La puerta
principal, situada al pie de la cruz con orientación oeste, está constituída
por seis arquivoltas sobre columnas con capiteles cuya decoración está
formada por motivos vegetales y escenas de la Biblia.
En la parte
superior de la fachada principal se sitúa la ventana que consta de tres
arquivoltas con sus correspondientes columnas y capiteles con la característica
de que, por la parte que da al interior del templo, se repiten también
las arquivoltas, capiteles y columnas.
En uno
de los ábsides laterales existe una pequeña puerta que comunicaba
la ermita con el claustro exterior del cual solamente quedan las ménsulas
adosadas al muro sur.
La imagen
de la Virgen, talla de piedra policromada, es réplica de la original
del siglo XIV destrozada y tirada por un barranco en el año 1936.
Se pudo reproducir fielmente, según cuenta en sus escritos Francisco
Castillón Cortada una de las personas que más han estudiado la historia
de Chalamera, "gracias al celo y devoción de don Antonio
Villas Español, vecino de Chalamera" que recogió
todos los fragmentos que pudo encontrar y con paciencia fue encolando
para hacer una reconstrucción de la primitiva imagen tal como se puede
contemplar en una hornacina interior del templo. También recorrió todos
los pueblos de los alrededores solicitando aportaciones económicas para
sufragar el coste de la actual escultura realizada en un taller de Zaragoza.
El suelo
de la ermita es una capa de piedra ondulada que a través de los años
y con miles de pisadas había adquirido un aspecto brillante de manera
que, al atardecer y abrir la puerta principal, parecía un gran lago.
Pero, desgraciadamente, se estropeó al comienzo del siglo XX unificando
la superficie con cemento para que el público se pudiera arrodillar
bien, con lo cual, se perdió el maravilloso aspecto que tenía el suelo
al recibir los rayos del sol al atardecer.
La ventana
de la fachada principal está situada en la pared a una altura exacta
para que, al ocultarse el sol en los días correspondientes a los solsticios
de primavera y otoño, sus rayos den directamente en la imagen
de la Virgen situada en un pedestal en el ábside principal.
PLANTA DE LA ERMITA

El día 25 de abril se celebra la romería a la que acuden vecinos de
los pueblos cercanos. Una de las más importantes, en los últimos tiempos,
fue la celebrada el año 1884 pidiendo la lluvia ya que, por aquellas
fechas, hubo una pertinaz sequía.
Las juntas
de vecinos, para organizar las peregrinaciones hacia el Santuario de
Chalamera, se formaron en las siguientes poblaciones: Chalamera,
Alcolea, Belver, Ontiñena, Ballobar,
Zaidín, Velilla, Alabalate, Santalecina,
Osso, Almudáfar, Candasnos, Peñalba,
Fraga y Monzón.
Todas estaban
presididas por el cura párroco y como vocales figuraban los cabezas
de familia de las principales casas de cada lugar. Se reseña,
a continuación, la más numerosa que, como es lógico, pertenecía a Chalamera.
Presidente:
D. Roque Aguilar, cura Ecónomo.
Vocales:
D. Tomás Lapuente, D. Francisco Forcada, D. Simeón
Vidal, D. Agustín Barcén, D. Miguel Villas, D. Cecilio
Villas, D. José Villas, D. Joaquín Bayona, D. José
Bayona Carrasquer, D. José Bayona, D. Simeón Torner,
D. José Esquer, D. Eduardo Valero, D. Joaquín Castillón,
D. Eusebio Serrano, D. Bernardo Boned, D. Manuel Ezquerra,
D. Francisco Zamora, D. Antonio Jubero, D. Francisco
Serrano, D. José Ayneto, D. Benito Rovira, D. Alejandro
Ríos, D. Antonio Espurz, D. Domingo Lapuente, D. Benito
Villas, D. José Cebollero, D. Martín Bardají y D.
Antonio Alzuria.
Para conmemorar
dicha peregrinación se celebró en el año 1984 su primer centenario
al que acudieron numerosos vecinos de los pueblos ribereños de
los ríos Cinca y Alcanadre.